Al pie de la montaña, en la meseta, hay una radio, o dos, o miles.
Tantas, como posibilidades hay de soñar.
Nace, y los nehuenes que la fortalecen, dibujan formas nuevas.
Y viajan, acurrucadas junto al viento.
Viaja la voz, viaja la palabra.
Callamos para escuchar otras lenguas, otras formas, otros mundos.
Callamos para oír a los que siempre fueron callados.

jueves, 27 de enero de 2011

“Hay mucha historia que no se cuenta” Entrevista al poeta Chele Diaz.

En la primera entrega de esta nota, repasó lo que fue el movimiento revolucionario de 1810 y sus antecedentes. Y dónde cabían - o no –  los pueblos originarios y las clases populares en ese proyecto. Ahora la mirada es desde la Patagonia, nuestra región. Los paisanos y Rosas, el “héroe” Moreno y su mentor Zeballos. El Chele sabe de historia. Y está bien compartir su saber.

“En todos los escritos de la época de la Revolución de Mayo, lo primero que surge es que desde 1806 en adelante…, desde las Invasiones (inglesas) hasta que se concretó la Revolución, hubo hechos que están vinculados a los pueblos originarios. Estos siempre ofrecieron su ayuda. Porque convivían con los criollos en la ciudad de Buenos Aires. Compartían y sufrían las mismas opresiones, porque se habían acostumbrado a recibir lo que el monopolio comercial de España les enviaba o les quitaba. Cuando ofrecieron su ayuda muchos dijeron ‘eso está bien, porque estos indios son de acá…’ El pensamiento de Moreno, Belgrano, San Martín…”

¿Qué cambió en esa clase dirigente para que se llegue a 1879 y el Estado argentino produzca la llamada Conquista del Desierto?

Nada… Ganaron los mismos que intentan ganar hoy día… los hijos de los estancieros. Si uno mira la historia se encuentra con que (Juan Manuel de) Rosas, cuando lleva adelante la primera “conquista del desierto”, estaba emparentado con todos. Los López Osornio y los grandes estancieros eran sus parientes. Y lo que hicieron fue ampliar la latitud de sus campos… Y como no había alambrado, se hicieron amigos de los paisanos. El proceso era hacerse amigos de los indios y después irlos corriendo 20 kilómetros más allá… porque estaban “amistosamente conquistados”… los iban corriendo cada vez más… Hay mucha historia que no se cuenta, como lo de las grandes rebeliones. El “gran malón” de 1875 se debió justamente a que uno de los Catriel se rebeló contra uno de sus hermanos que era aliado (de los criollos) desde 1830… Y dice: “No. Nos van corriendo y cuando les decimos que nos compren el campo nos dicen si, firmamos, y no nos traen nunca el dinero. Nos siguen trayendo aguardiente, yerba… pero no el dinero para que nosotros nos forjemos como estancieros…” Ese “gran malón” de 1875 fue justamente una rebelión…

Pero pasó a la historia como “malón”, pillaje y saqueo…

Claro. Que era lo mismo que hacía el Ejército… El Estado argentino se formó a partir de 1862, con Mitre después de Pavón. Pero mientras tanto, la política de Rosas (con respecto a los originarios) la siguieron los otros… Y hubo presidentes como Sarmiento y Avellaneda que fueron los que concretaron la derrota bélica de los paisanos, porque trajeron armas superiores. Hubo una superioridad tecnológica y ya se les hizo imposible resistir el avance…

¿Cómo se puede ver el Bicentenario desde la Patagonia? Porque la región estuvo ajena a ese proceso de la Revolución de Mayo…

Desde 1790 estaba Carmen de Patagones… Este era el lugar al que acudían todos los paisanos a intercambiar mercadería e incluso era un lugar de convivencia. Además cualquier historiador sabe que era como un “depósito” de gente que no querían en Buenos Aires. Y había muchos negros, indios y criollos pobres… También estaba el Fuerte de San José, acá en la Península (de Valdéz). Cuando se produce la Revolución eso queda olvidado. Esto tiene que ver con la atención hacia las provincias que se consideraban consolidadas. Las de Cuyo, las del Norte y Corrientes, que incluía Paraguay y todo lo que es el litoral… y Entre Ríos. Esas eran las importantes… Patagonia pasó a ser importante recién a partir de la llegada de Rosas al poder, cuando se vinculó con paisanos que necesitaba como aliados - Coliqueo, entre otros… y Calfucurá, después - para combatir a los indios que lo combatían a él… Toda esa paisanada que estaba en el sur de Córdoba… San Luis, se rebelaba contra la política usurpadora de tierras de su gobierno. Entonces eso a lo que llaman “aluvión”, “invasión” de los araucanos fue parte de una estrategia de Rosas en connivencia con los gobiernos de Chile, que a quería sacarse de encima a esa gente que les proponía lucha constante. Además tanto a los comerciantes de Chile como a los de Argentina les convenía que el ganado de acá se fuera para allá. De hecho había grandes poblados en lo que hoy es la provincia de Neuquén donde vivía la gente que hacía el tránsito y el negocio, ahí cerquita de la frontera, con el ganado que venía de las pampas…

Había grandes intereses económicos… No sólo por la tierra, sino por ese comercio del ganado que era muy grande y que los paisanos eran los que mejor lo conocían ¿no?

El paisano era el que mejor podía hacer esa travesía de semejante distancia arriando ganado. Porque conocía el territorio, las aguadas… los lugares donde debía parar… Eso pasó hasta que personas como (Luís) Piedrabuena - a quien se lo recuerda poco en Patagonia y en la historia argentina - vino al sur, a la isla Pavón, a intentar un intercambio pacífico con los paisanos y sentar un precedente de soberanía…

Luego por el oeste vino el Perito (Francisco Pascasio) Moreno…

Si… Pero lo de Moreno está muy vinculado a la política de exterminio y de apropiación de territorios que llevó adelante el ideólogo más importante que tuvo la Generación del ’80, por la juventud y por la inteligencia… que hay que reconocerle… Estanislao Zeballos. Con sus fundamentos Roca pudo presentar en el Congreso la idea de avanzar sobre los territorios de los paisanos. Y conseguir el dinero para las milicias... Zeballos era un muchacho de 25 años y fue el fundador de la colección de cráneos de los paisanos… Él impulsó al joven Moreno a hacer esos viajes, porque lo veía como su continuidad. Después del exterminio, él había hecho un reconocimiento de los territorios recientemente conquistados y escribió un trabajo muy interesante que es guía para los interesados en leer la historia antigua… (1) Tiene datos históricos muy importantes porque conoció en persona a los paisanos que se habían rendido, que habían luchado contra las tropas de Roca…

El Perito Moreno incluso trabó una especie de amistad con algunos…

Es tan difícil lo de Moreno… porque uno no puede decir que era un tipo con “mala entraña”… Digamos que obró como un traidor desde el punto de vista de (Valentín) Sayhueque… Porque éste lo recibió y supo que lo estaba usando para ver que había “más acá”… Otros estaban en contra de dejarlo pasar… y Sayhueque lo salvó más de una vez. Incluso la visita hacia estos valles, en 1869 y 70, fue hecha con gente que él le prestó… Entonces cuando se decepcionó de la postura amistosa que le mostró Moreno, si lo consideró un traidor estuvo bien… tenían razón los caciques que estaban en contra de que viniera… Para lo que fue el país de 1880 fue un gran héroe porque consiguió que estas tierras quedaran para Argentina, a partir de 1902… Pero para los paisanos, en el sentido de la amistad, la mano, el cobijo, la ayuda… no fue nada más que un traidor…

Para los que quieran comenzar a leer la historia en este Bicentenario ¿Qué libro recomendás?

Creo que el mejor resumen es Nuestros paisanos los indios, de Carlos Martínez Sarasola (2). Tiene unas 500 páginas y allí está explicado desde el proceso de la Conquista hasta los movimientos de liberación. La Revolución de Mayo y todos los pueblos originarios pasan bajo su análisis. Llega hasta los años 90 y el inicio de las organizaciones que están en el proceso de recuperación de territorios… El título está tomado de una frase de José de San Martín cuando iba a hacer su travesía a Chile y les pidió permiso a los caciques tehuelches para cruzar por su territorio. Allí arengó a sus soldados y les dijo “para liberar a los pueblos, si es necesario andaremos como nuestros paisanos, los indios…”

Y la tarde se fue, pero quedó la charla. También la reflexión sobre lo que somos y cómo debemos ver este “jolgorio” de los 200 años. Como siempre me sucede – desde hace unos… 25 años – cuando me iba de la casa del Chele no podía reprimir una anticipada nostalgia. Las ganas de regresar a entablar otra conversación con este cantor, trovador, poeta, escritor, historiador… nuestro. Espero viajar pronto para Esquel.



 (1) Viaje al país de los araucanos. Estanislao S. Zeballos. Ed. Elefante Blanco. ISBN: 9879223543
(2) Nuestros paisanos los indios. Carlos Martínez Sarasola. Ed. Emecé. ISBN: 950042636-6

“Dejémosle 1810 a los historiadores…”

Chele Díaz es un cantor, trovador, poeta, escritor, historiador… nuestro. Tal vez uno de los artistas populares más inquieto del Chubut. Militante político en su momento y de la cultura, siempre. Aunque tal vez la militancia sea una sola. Conoce y habla de historia. De eso fuimos a hablar con él. La charla fue en su casa en Esquel e irá en dos partes.


Desde tu punto de vista de historiador, escritor, de hombre de la cultura ¿qué podés decir sobre el Bicentenario?

Primero vamos a sacar lo de historiador, porque se van a enojar los historiadores… Yo soy un investigador de temas que tienen relación con nuestra historia. Y obligadamente uno tiene que ir a la historia de la América para encontrar coincidencias ideológicas en lo que aconteció con la llegada de los españoles, la continuidad, el criollaje, el mestizaje, hasta llegar a nuestros días y esas políticas que tienen que ver con algo que todavía está sucediendo… Hay que decir que Méjico también es parte de este proceso de rebeldía contra la Colonia española, aunque es América del norte. Y acá llegó como tenía que suceder, como venía pasando en algunas regiones del Alto Perú, en un momento en que no solamente el criollaje, sino los miembros de la clase ilustrada de Buenos Aires (que decían representar al criollo pero que no lo eran en ese momento…), que eran los descendientes directos de las castas españolas… los hijosdalgos. Tenían la posibilidad de acceder a la lectura - o de viajar a Europa – y conocer lo que estaba sucediendo con la revolución en Francia… con los Derechos del Hombre, la libertad, la fraternidad…

Esta clase ilustrada - y también el “criollaje” - se vio influenciada con esas ideas que en ese momento eran revolucionarias…

Claro. De todos modos acá siempre había habido intentos de libertarse de los españoles. Siempre. En grupos pequeños, de personas que representaban a pueblos originarios... pensamientos que venían desde 1492… Cuando se podían hacer fuertes y encontraban la posibilidad de rebelarse… Hubo muchísimas rebeliones antes de 1810. Lo de 1810 podemos dejárselo a los historiadores, que han volcado mucha tinta en eso por casi 100 años. Lo que cuenta ahora es que hay un clima de fiesta. Yo no lo voy a criticar. En todo caso significa aquel intento de la clase que terminó siendo la dominante en nuestro país y en casi todos los de Sudamérica. Los que de algún modo deseaban “cambiar de patrón”. Tener una bandera y los símbolos que significan la nacionalidad y la pertenencia a un territorio. Aunque sólo había límites geográficos, no políticos, ellos ya lo consideraban demarcado. Querían tener el poder de qué hacer sobre ese territorio. Pero en eso no entraban los pueblos originarios, los paisanos. A pesar de que toda la sangre que corrió en la lucha por la independencia de estos territorios fue la sangre de los criollos: la mezcla de paisano y esos pueblos…

¿Los pueblos originarios y las clases más pobres no entraban en ese proyecto?

Entraban nada más que como tropa. La historia no cuenta mucho… Me imagino que este año va a haber foros, discusiones en todos los ámbitos. Se transita hacia un tercer congreso de cultura. Y allí se discute qué debe hacer la cultura como institución. Qué es lo que se debe plantear. Estuve en dos de estos foros. Y hay una tendencia a contratar personas capacitadas. Muy capacitadas en analizar la historia y a nosotros como poseedores de una cultura y hacernos creer que “la cultura es un derecho de todos”. Pero lo que ha sucedido en los últimos diez años – y está bien - es que la institución cree que ellos tienen que bajar la línea de lo a nosotros nos debe interesar como cultura. Y de algún modo apoyar a los que hacemos esa cultura que antes se llamaba “under” o subterránea. Porque también somos una referencia para los que quieren hacer cultura por sus propios medios. Volviendo al tema. Hay un clima de jolgorio y de fiesta (respecto al Bicentenario) y se va a tratar de poner de relieve que Argentina se merece este festejo – como toda Sudamérica – porque nos libramos de un Estado imperial. Pero sin analizar que después entramos en otro estado colonial y dependiente y que hubo mucha sangre durante el siglo IXX y casi todo el XX. Ahora se ve con más virulencia porque estamos en el XXI y por primera vez en nuestra historia se está planteando un enfrentamiento entre las clases populares y las oligárquicas. Antes se dejaba de lado la palabra oligarquía porque se pensaba que era una ofensa a la gente que había “forjado” el país desde 1885, 89, en adelante, cuando fue la llamada “conquista del desierto” y la apropiación de los territorios que eran de los paisanos…

En 1992 también se planteó como un festejo aquel aniversario de los 500 años de la llegada de los españoles. Pero se produjo también una oleada de revisión, reflexión y crítica de esa historia ¿El Bicentenario también puede servir para eso?

Yo creo que va a servir. Y tanto va a servir que creo que para el 2016, cuando sea el bicentenario de la Declaración de la Independencia habrá muchas voces más poderosas que ahora, que somos muy pocos y aislados. Te cuento una anécdota. Estuve en Congreso en Lago Rosario. Había varios ejes, y el último era “La cultura hacia la construcción de la Patria Grande”. Yo lo elegí porque me interesa mucho, pero quedé solo. Pero solidariamente, cuatro vecinas de allá se sumaron y después formamos una mesa de nueve. Estaba Adolfo Colombres, una autoridad y referencia en lo que hace a las culturas originarias para todos los que nos interesa el desarrollo, el devenir de la cultura popular. Era el coordinador. Y en la conclusión consideró que el aporte de ese grupo se va a llevar a un próximo Congreso como crítica y punto de partida para la discusión sobre la “Patria grande”. Primero: el Estado argentino le debe a los pueblos originarios una disculpa y una política que transite hacia una devolución genuina, real, verdadera de los territorios, de la cultura, de la lengua… Hay que profundizar las políticas que ya se han iniciado.

Hace poco Osvaldo Bayer decía – con respecto al Bicentenario - que Argentina tenía la deuda de no haber cumplido con esos preceptos de igualdad, fraternidad y libertad que movieron a los revolucionarios de 1810…

Bayer ha trabajado mucho más que nosotros y es una gran referencia de la historia argentina. Efectivamente es así, después de 1810, con la enjundia de Moreno que quería “cortar cabezas”; con Castelli, que era el gran orador de la Revolución… Y Belgrano, que era un pacifista al que le tocó ser general. Y que fue un tipo solidario y valiente. Hay cosas que la historia no puede negar…

La tarde se iba y la charla se tornaba cada vez más interesante. Sobre todo porque la reflexión volvía sus ojos hacia la Patagonia. Al cómo ver desde acá esos “festejos” del Bicentenario. Y el Chele, como siempre, no le esquivó el cuero a la opinión. Pero esa parte de la conversación está en la próxima entrega.

Crónicas de la resistencia mapuche, entrevista al escritor Adrián Moyano.


El libro reúne crónicas que van de lo histórico a vivencias propias del autor. Pone de relieve la actitud de una resistencia centenaria. Y polemiza con algunas afirmaciones destinadas a la negación sistemática de un pueblo.


“Donde se practica opresión, la consecuencia casi lógica es la resistencia”, se lee en la contratapa del libro de Adrián Moyano.

“La historia, que ha sufrido la censura del transitorio triunfador, pide a gritos ser rescatada. Es ella quien alimentará la conciencia de mapuches y no mapuches, será la encargada de derribar los muros de la mentira y aportará a la construcción de una sociedad sin vicios, sin hipocresía ni desigualdad. (…) Este libro es un claro ejemplo”, dice el prólogo de Mauro Millán, werken, referente del pueblo mapuche.

Moyano es periodista, Licenciado en Ciencias Políticas y vive en San Carlos de Bariloche. Desde hace casi 20 años acompaña la lucha del pueblo mapuche como comunicador, historiador y militante. Es corresponsal del periódico mapuche Azkintuwe, además de participar en Radio El Arka.

El sábado 30, presentó su obra en la feria del libro que se realizó en El Hoyo, organizada por la Escuela 734 Cóndor Andino. En diálogo con el programa radial Awka Liwen (1), describió los ejes principales de su obra.

“En el título hay una línea que me parece fuerte: poner en relieve hechos, episodios y conductas de resistencia del pueblo mapuche. Se sabe que este pueblo no fue doblegado por la Corona española, sino recién hacia fines del siglo IXX por los Estados de Chile y Argentina con la Pacificación de la Araucanía y la Campaña del Desierto, dos eufemismos. Fueron invasiones lisas y llanas de dos estados en constitución contra pueblos que gozaban de su libertad hasta ese momento. ”

Editado por el autor en 2007, el libro es un viaje por distintas etapas de la resistencia de un pueblo – el mapuche – a la invasión que comenzó a sufrir a partir del siglo XVI. Mediante saltos cronológicos, llega hasta nuestros días.

“El libro pone de relieve no solo la resistencia militar sino también la cultural, con la persistencia de prácticas de la espiritualidad como el wiñoy tripantü (vuelve el sol, año nuevo mapuche) o los kamarikum (ceremonia ancestral colectiva) que en algunos sitios tuvieron continuidad y en otros se recuperaron hace unos años. Creo que en el marco de una cosmovisión que desnaturaliza al ser humano, economicista, consumista, poner de relieve otra con valores distintos es también un acto de resistencia”

Un buen marco de público escuchó con atento la exposición de Moyano en el marco de la Feria. Luego, el autor respondió preguntas. Cabe acotar que en El Hoyo el tema del pueblo originario no formaba parte de la “opinión pública” hasta hace poco más de un año, cuando se conformaron las primeras Comunidades: Lorenzo Pulgar Huentuquidel y Leopoldo Quilodrán. A estas se sumó luego la Francisco Monsalve – Quiñe folil (primera raíz) Puerto Patriada.

Con claridad y pasión, Moyano expuso los ejes centrales de sus Crónicas y dejó en el auditorio un ánimo de curiosidad por leerlas.

“El libro discute tres ideas que se han dicho hasta el cansancio: que los mapuche vinieron de Chile, que exterminaron a los tehuelche; y que no había mapuche al sur del Limay y el Río Negro hasta después de la Campaña del Desierto. Todo lo contrario. Las comunidades se desarrollaron a ambos lados de la cordillera inclusive antes de la llegada de los españoles; con los tehuelches hubo conflictos pero fueron más los períodos de entendimiento, de relación política y económica, de mutuo enriquecimiento cultural, de diálogo. Inclusive de constitución de unidades políticas, como la Gobernación indígena de las Manzanas. Por último, está demostrada la presencia mapuche en la región por lo menos desde el siglo XVIII. Y hay expediciones muy tempranas, del siglo XVII, que apuntan su presencia en cercanías del lago Puelo.”

“Es interesante polemizar, revisar las posturas de la historia oficial con respecto a los pueblos originarios. Ensalzar figuras como la de Julio (Argentino) Roca… y hasta en la Justicia se ha dicho que algunas comunidades no tenían derecho a la tierra porque venían de Chile… Estos postulados lamentablemente todavía tienen demasiada vigencia y consecuencias políticas. Es más que necesario dar la discusión.”

“Donde hay poder hay resistencia”, dice el prólogo del autor. Y dice que para los mapuche fue así en los tiempos de la Colonia y después frente a chilenos y argentinos, con los grandes Toki (orientador de la resistencia) Leftraru o Kalfükura. Luego fue contra la escuela y la Iglesia, con el wiñoy tripantü y los machi. Ahora son tiempos de Benetton y Repsol, y la resistencia son las comunidades y la organización.
El texto va y viene del siglo XVI a nuestros días – o a las míticas serpientes Kay Kay y Treg Treg – con precisión y soltura.

Su lectura nos muestra que la resistencia no cesa. En nuestra región tenemos ejemplos claros de su vigencia. Prueba de ello es que cada tanto se escucha (o se lee) la consigna del Toki Leftraru (Lautaro) cuando avizoró la invasión y el despojo: Marici wew (diez veces estamos vivos).



Nelson Ávalos



(1) Awka Liwen. Programa radial de la Red de radios campesinas que se emite los sábados de 10 a 12 por FM Alas 89,1, de El Bolsón (http://www.fmalas.org.ar/); Radio Petü Mogueleiñ 88,7, de El Maitén; Radio de la Tierra 100.1, de Cuesta del Terneo; y la Cabina Radiofónica, de El Pedregoso.

jueves, 20 de enero de 2011

EL MUNICIPIO DE ABRA PAMPA, EN JUJUY, PROHIBIO LA ACTIVIDAD EXTRACTIVA A CIELO ABIERTO

La medida, aprobada por el Concejo Deliberante, había sido vetada por el intendente. Pero después de una movilización de organizaciones aborígenes y ambientales la aprobó.


La minería a cielo abierto, con grandes consumos de agua y uso de sustancias tóxicas, tuvo un freno en el norte del país: el municipio jujeño de Abra Pampa prohibió la actividad extractiva. Impulsado por el Consejo Departamental de Comunidades Kolla, que nuclea a 40 comunidades indígenas, el Concejo Deliberante había aprobado una ordenanza en noviembre pasado, pero el intendente Ariel Machaca vetó la norma. El jueves último, luego de la movilización de pueblos originarios y organizaciones ambientales, el intendente dio marcha atrás y puso en vigencia la ordenanza. Abra Pampa en un caso testigo de la minería: un estudio de la Universidad Nacional de Jujuy reveló en 2007 que el 81 por ciento de los niños tiene plomo en la sangre como consecuencia de la actividad metalífera.

“Prohíbase la radicación, instalación o funcionamiento de exploraciones mineras metalíferas a cielo abierto y/o las explotaciones mineras que utilicen sustancias químicas como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico y otras sustancias tóxicas similares en sus procesos de cateo, prospección, exploración, explotación y/o industrialización”, establece el primer artículo de la ordenanza número 51-CD-010. El artículo dos prohíbe el ingreso, tráfico, uso, almacenamiento, comercialización, producción y transporte de sustancias tóxicas usadas en minería.

El proyecto de ordenanza había sido consensuado por las comunidades indígenas en julio de 2010. En agosto fue presentado en el Concejo Deliberante y el 30 de noviembre aprobado por unanimidad. Entre los numerosos argumentos legales citados sobresalen la Ley General del Ambiente (25.675), en particular el principio precautorio: “Cuando haya peligro de daño grave e irreversible, la ausencia de información y certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la degradación del ambiente”.

También cita el artículo 41 de la Constitución nacional (hace referencia al derecho de un ambiente sano de los habitantes y las generaciones futuras, por sobre las actividades productivas) y el artículo 22 de la Constitución de Jujuy: “Todos los habitantes de la provincia tienen el derecho a gozar de un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, así como el deber de defenderlo”. En las cinco carillas se dejó constancia de los enormes consumos de agua (en una zona donde es un bien muy escaso) y se explicó que es una actividad que atenta contra la forma de vida indígena y campesina.

El 20 de diciembre, el intendente Machaca vetó la ordenanza. El principal argumento fue que el cuidado del ambiente corresponde a la provincia. Las comunidades indígenas llamaron a una nueva votación el jueves último, con el apoyo de los concejales. A minutos de comenzar la sesión fueron informados de que había sido suspendida. Allí decidieron marchar dos cuadras hasta la Intendencia.

Luego de seis horas de debates en el patio de la Municipalidad, el intendente dio marcha atrás con el decreto y promulgó la ordenanza que prohíbe la minería a cielo abierto. “Hay prueba de sobra de que la minería no trae ni trabajo ni mejoras económicas, y sí trae contaminación. Abra Pampa es una prueba irrefutable de todo eso”, explicó el presidente del Consejo de Comunidades Kolla, José Sajama.

Medios de comunicación de la provincia informaron que Machaca había denunciado a los manifestantes en la comisaría local, donde habría indicado que actuó bajo presión. El secretario de Gobierno de Abra Pampa y mano derecha de Machaca, Francisco Mamani, no confirmó ni desmintió el hecho. Explicó que “el único que hablará del tema es el intendente” y se comprometió a gestionar un contacto telefónico, que nunca se concretó.

Cuando Página/12 llamó a la intendencia, sus colaboradores explicaron que Machaca había viajado de urgencia a la capital provincial para reunirse con el gobernador Javier Barrionuevo, quien es un férreo impulsor de la minería a cielo abierto. Jujuy cuenta con dos grandes yacimientos en plena explotación, El Aguilar y Pirquitas, ambos denunciados por contaminación. En la zona de la Puna y la Quebrada se multiplicaron los proyectos de empresas extranjeras que pretenden extraer uranio y litio.

Abra Pampa es una localidad de trece mil habitantes en el norte provincial, a 3500 metros sobre el nivel del mar. Allí funcionó durante tres décadas la fundidora de plomo Metal Huasi, que cerró en la década del ’80. Al retirarse dejó en pleno casco urbano quince mil toneladas de residuos, un “cerro de plomo”, como lo llaman en el lugar. Las organizaciones sociales y comunidades indígenas de la zona siempre denunciaron la contaminación, pero nunca tuvieron respuesta.

En 2007, el Grupo de Investigación de Química Aplicada (INQA) de la Universidad de Jujuy demostró que el 81 por ciento de la población infantil analizada contenía valores de plomo en cantidades perjudiciales para la salud. A fines del mismo año, el Ministerio de Salud de Jujuy admitió que al menos el diez por ciento de la población adulta tenía “niveles críticos” de plomo en sangre. Entre otros males, el plomo produce retraso en la pubertad, alteraciones de la visión, problemas de aprendizaje y daños a la función motora.

La Clínica de Derechos Humanos de la Universidad de Texas investigó la situación de la localidad jujeña en 2009. “La negligencia gubernamental resultó en violaciones a los derechos humanos”, es una de las afirmaciones del informe “Abra Pampa. Pueblo contaminado, pueblo olvidado”, donde la universidad estadounidense alerta sobre fallas en los organismos de control y denuncia que los intentos de remediación continúan siendo ineficientes.

Con la entrada en vigencia de la ordenanza, Abra Pampa se sumó a las localidades jujeñas de Tilcara, Cangrejillos y Huacalera, que ya tienen normas que prohíben la actividad. En Argentina existen siete provincias que limitan diversos aspectos de la minería metalífera a cielo abierto: Chubut, Río Negro, Tucumán, Mendoza, La Pampa, San Luis y Córdoba, aunque el lobby minero intenta modificar o derogar las leyes en Mendoza, Córdoba y Chubut. En el Congreso nacional esperan tres proyectos de ley para prohibir la minería a cielo abierto en toda la Argentina.
www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-160565-2011-01-16.html